El género musical colombiano por excelencia es sin duda el vallenato. Aunque otros ritmos como la cumbia, el porro o la salsa han tenido representantes distinguidos. A diferencia de ellos, el vallenato no se encuentra en ningún otro país. Este género es inmediatamente reconocible por la fusión de instrumentos locales y extranjeros. Y es que el género surge al mezclar instrumentos de influencia extranjera, con el aporte de ritmos indígenas y negros. Así, se combinó el acordeón traído por los alemanes y la estrófica española con la caja vallenata y la guacharaca, aportadas por los indígenas y afrocolombianos. En el siguiente artículo, redbus.co te invita a conocer la historia del vallenato en un recorrido por los ritmos del Caribe, ¡Acompáñanos a descubrir el origen del más colombiano de los géneros!
Historia del Vallenato
Se dice que el vallenato nace en el Caribe colombiano, en La Guajira, Cesar, Córdoba, Valledupar y otros municipios de esta región. La costa atlántica de Colombia fue colonizada por andaluces, alemanes y árabes que se mezclaron con los afrocolombianos e indígenas de la zona. Ello hizo que sus ritmos confluyeran y que surgieran ritmos mixtos con todos sus instrumentos. La costa es una zona de mitos, leyendas e historias, por lo cual la narración es parte de su cultura. Historias de piratas, hombres que se transforman en animales, fantasmas y guerras hacen parte del folclore caribeño.
Es así como a finales del siglo XIX, el vallenato hace presencia como género del folclor colombiano. Se llama vallenato por ser oriundo del Valle de Upar, más tarde llamado Valledupar, a orillas del río Guatapurí. La primera figura que se menciona en la cultura popular es el juglar llamado Francisco el Hombre. Este personaje legendario es conocido como el padre del vallenato y de él se cuentan todo tipo de historias. Una de las más conocidas es una versión del famoso duelo con el diablo. Según dicen, en un concurso musical Francisco el Hombre se enfrentó con Satanás, quien se hallaba disfrazado de muchacho. Aunque el diablo era increíblemente virtuoso con el acordeón, Francisco le ganó entonando una versión del Credo al revés.
La herencia de Francisco el Hombre
Este juglar mítico es tan famoso que incluso es mencionado por Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad, de quien su autor dice es un “vallenato de 350 páginas”:
“Meses después volvió Francisco el Hombre, un anciano trotamundos de casi doscientos años que pasaba con frecuencia por Macondo divulgando las canciones compuestas por él mismo. En ellas, Francisco el Hombre relataba con detalles minuciosos las noticias ocurridas en los pueblos de su itinerario, desde Manaure hasta los confines de la ciénaga, de modo que si alguien tenía un recado que mandar o un acontecimiento que divulgar, le pagaba dos centavos para que lo incluyera en su repertorio”.
Aquel rapsoda contemporáneo iba de pueblo en pueblo cantando las noticias y el folclore local, con toda la mitología costeña. Cuando Francisco el Hombre desaparece con sus secretos, el vallenato entra en declive y probablemente hubiera desaparecido tras su ausencia. Sin embargo, el juglar deja un sucesor que se menciona también en Cien años de soledad.
“En el último salón abierto del desmantelado barrio de tolerancia un conjunto de acordeones tocaba los cantos de Rafael Escalona, el sobrino del obispo, heredero de los secretos de Francisco el Hombre”.
Es así como García Márquez introduce al cantante vallenato Rafael Escalona. Este hombre fue amigo en la vida real del Nobel y uno de los más grandes exponentes del género. En sus canciones y tonadas se mezcla esa mitología vallenata con la vida cotidiana de la costa. Exploremos un poco su trayectoria para ver cómo el vallenato se hizo popular en todo el país.
Rafael Escalona
Conocido como el Maestro Escalona o el Viejo Rafa, Escalona fue uno de los más grandes cantautores del género. Al igual que la figura mítica de Francisco el Hombre, Escalona viajó por toda la costa recopilando historias. Sus vivencias de juventud, que imprimió en sus letras, dan cuenta de la vida en Colombia durante mediados del siglo XX. Conforme se hizo más conocido, entabló amistad con importantes personalidades. Quizá la amistad más influyente de Escalona sería el presidente López Michelsen, quien fue el primer gobernador del Cesar. Como a López le encantaron las composiciones de Escalona, lo introdujo en los salones y escenarios de la capital. Gracias a ello, el vallenato se popularizó al interior del país y pasó de ser una música regional a un ritmo nacional. Junto con López y Consuelo Araujo, Escalona fundó el Festival de la Leyenda Vallenata, que anualmente escoge al mejor cantante.
En 1991 se realizó una serie biográfica sobre su vida, en la cual su papel fue interpretado por Carlos Vives. La belleza de sus melodías unida a la voz juvenil de Vives revivió el género para las nuevas generaciones. Vives sacó en la década de los noventa varios álbumes con canciones del compositor vallenato, titulados Clásicos de la Provincia. Debido a la gran demanda de este género, el cantante incluyó también composiciones de otros artistas.
Los otros juglares: Alejo Durán, Leandro Díaz, Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta
Escalona, sin embargo, no era un sol incandescente en el cielo. Muchas estrellas de igual brillo compartían el firmamento con él. Entre los más reconocidos se encuentran, por nombrar algunos, Alejo Durán, Leandro Díaz, Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta. Durán, conocido como el Negro Alejo, fue el primer Rey Vallenato en la primera edición del Festival Vallenato en 1968. Compuso canciones como “Alicia adorada” y “La cachucha bacana”, reconocidas por todo el país.
Leandro Díaz, por su parte, compuso las canciones “Matilde Lina” y “La diosa coronada”. Esta última fue usada como epígrafe por García Márquez en su novela “El amor en los tiempos del cólera”. El epíteto “mi diosa coronada” es usado por Florentino Ariza para referirse a Fermina Daza, protagonistas ambos de la novela.
Finalmente, Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta son los protagonistas del duelo vallenato más conocido en la historia. Este quedó consignado en las canciones “La gota fría” y “La Carta”. La primera, compuesta por Zuleta, insulta a “Moralitos” acusándolo de cobardía y falta de cultura. En respuesta, Morales le dijo a Zuleta que a él nunca le había caído la “gota fría”. Al igual que con otras canciones, “La gota fría” fue popularizada por Carlos Vives, así como por Julio Iglesias.
El vallenato de ayer y hoy
Tras la época dorada del vallenato han surgido otras versiones del mismo. El vallenato comercial, el vallenato romántico y la llamada ‘nueva ola’ son algunas de ellas. Aunque para algunos académicos su calidad ha decaído y se ha comercializado, muchos siguen gozando con sus ritmos. Una fiesta colombiana no está completa si no suena en algún momento de la noche un buen vallenato, viejo o nuevo. El ritmo ha llegado a ser reconocido internacionalmente y hoy en día es sinónimo de la cultura colombiana. ¡Escucha y disfruta de estos ritmos tropicales que le cantan a la vida, la muerte y el folclore del país caribeño!
Si quieres conocer más del vallenato, de la Costa Caribe y de Colombia, ¡visita nuestro blog de viajes!
Créditos de portada: mixedvoces.com