Colombia es un país con una cultura muy alegre que es capaz de encontrar algo divertido en cualquier situación. De esta forma aparecen los dichos populares, que permiten describir algún momento cotidiano de la forma más creativa. Lo impresionante de esto no son lo curiosas que son estas expresiones, sino la gran acogida y la fácil recordación que tienen. Hoy, en redBus te ayudamos a repasar algunos de los refranes colombianos más destacados y que, sin duda, debes conocer y usar en tu vida diaria. Ahora, si no los conoces, aquí está la explicación de cada uno para que los puedas agregar a tu léxico.
No me abra los ojos que no le voy a echar gotas
En Colombia se suele hacer énfasis en las palabras con alguna parte del cuerpo, según la frase y el código ya establecido. Cuando un enunciado no es bien recibido por el receptor porque lo cree inverosímil, su reacción más común es responder abriendo los ojos de manera pronunciada. Debido a ello, la persona que formuló la frase original suele agregar este refrán colombiano para rectificar la validez de su oración anterior.
Le cuento el milagro pero no el santo
Es parte de los refranes colombianos por excelencia. Puntualmente se refiere a un chisme que una persona le cuenta a otra pero se reserva el derecho de guardar la identidad de la fuente que le suministró esa información o que es el protagonista de la novedosa historia.
Habla hasta por los codos
Palabras más, palabras menos, esta expresión quiere decir que una persona habla en exceso, tanto así que de sus codos se escapan algunas frases. En algunos casos, quiere indicar que puede ser alguien fastidioso dada la incapacidad de limitar sus palabras, apoderándose totalmente de la conversación.
Con hambre, no hay pan duro
Hay refranes colombianos que no necesitan mayor explicación, como es el caso. Literalmente, quiere decir que cuando hay necesidad, cualquier colaboración sirve. Es decir, que no hay que ser exigente en los momentos de dificultad, ya que toda ayuda es bien recibida, llámese apoyo, favor o contribución.
Mugre que no mata, engorda
Sin duda, es uno de los refranes colombianos más usados. Se aplica, puntualmente, cuando un pedazo de comida cae al suelo y es recogido y llevado a la boca. La expresión quiere decir que no hay inconveniente en tomar y probar algo que ha tocado el piso, que evidentemente es concebido como algo sucio. Hay excepciones a esta regla y cada persona mide sus propios parámetros para saber qué se puede levantar y degustar o, por el contrario, hacerse a la idea que ya lo perdió.
Tengo un filo, que si me agacho me corto
En nuestro país, filo es igual a hambre. Por consiguiente, la metáfora de esta expresión indica que dentro del estómago existe algún tipo de arma cortopunzante provocada por la falta de alimento y que la persona que padece este malestar puede cortarse si realiza algún tipo de movimiento físico, como sería agacharse. Sin importar lo curioso que puede llegar a ser este enunciado, es uno de los refranes colombianos más utilizados.
¿Usted qué come que adivina?
Esta pregunta se presenta cuando dos o más individuos participan de una conversación en la que uno les participa a los demás una premisa particular y que, rápidamente, es respondida o adivinada de manera anticipada por otro interlocutor. En vez de contestar, diciéndole a esa persona que está en lo cierto, se le hace esta pregunta sin esperar respuesta alguna.
Dios le da pan al que no tiene dientes
Hay refranes colombianos que pueden tener más de un significado. En este caso, es una contradicción que denota que alguien no aprecia lo que tiene. También puede indicar que la gente tiene cosas que no necesita y que añora otras que le hacen falta.
¡Se nos creció el enano!
Como otros refranes colombianos, este es una metáfora pues no hace referencia a una persona de baja estatura o corta edad. Quiere decir que una situación que estaba bajo control ya no lo está o que alguna tarea que parecía muy sencilla ahora es un gran desafío.
Es más feo que carro por debajo
¿Has visto un carro por debajo? La belleza de un automóvil está en su parte visible y no en la que está en la parte inferior. Esta frase puede verse como exaltar lo más negativo de una situación y no darle importancia a otras facetas positivas de la misma. Por su puesto que en algunas ocasiones quiere indicar que una persona físicamente no es atractiva y que su aspecto es similar a la parte de abajo de un vehículo.
¿Durmió conmigo anoche o qué?
Esta intimidante pregunta se suele hacer cuando dos individuos se encuentran y entablan una conversación sin antes haberse saludado. Es de los refranes colombianos más usados y, generalmente, es respondido con un risa nerviosa y el saludo previamente pasado por alto.
El que tiene tienda que la atienda
Hay refranes colombianos que también sirven como enseñanza. Literalmente, indica que hay que ponerse personalmente al frente de sus negocios para que estos puedan funcionar. Sin embargo, puede ir más allá y cubrir diferentes disciplinas donde lo más importante es dejar claro que hay que atender sus propias responsabilidades.
Colgar los guayos
No es de los refranes colombianos más agradables, aunque es común oírlo. Su traducción exacta, es que la persona que colgó los guayos fue alguien que murió, así de simple. La frase viene del fútbol, en donde un futbolista cuelga los guayos el día que se retira de su profesión, de la misma manera que un boxeador cuelga los guantes en el momento que se baja para siempre del ring.
Como pudiste leer, los refranes colombianos son muy creativos y logran describir a la perfección situaciones de la cotidianidad. Para comunicarte, puedes decir las palabras exactas de lo que deseas expresar o emplear el refrán correspondiente, en ambas circunstancias te van a entender. ¿Qué refrán usas con más frecuencia y cuál acabas de conocer?
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