Guiados por fabulosas leyendas, los europeos se adentraron en el el territorio colombiano en busca de oro. Así llegaron a Bogotá, el centro del territorio ocupado por los Muiscas, en el corazón de Colombia. En esta oportunidad, redBus trae 5 datos curiosos sobre la Confederación Muisca para que te animes a visitar sus restos arqueológicos y culturales.
La cultura muisca se asentó en el altiplano cundiboyacese y al sur del departamento de Santander, entre los años 5500 y 1000 A.C. El territorio dominado por este pueblo comprende lo que hoy se conoce como Zipaquirá, Nemocom, Ubate, Chiquinquirá, Tunja y Sogamoso.
La economía de esta cultura se basó en la agricultura y la crianza de animales. Uno de sus productos estrella era el maíz. A partir de este elaboraban alimentos y utensilios los cuales se intercambiaban en forma de trueque entre los pobladores.
Los muiscas fueron grandes maestros a la hora de trabajar el oro. Se especializaron en la técnica de la tumbaga, que consiste en la utilización de una mayor proporción de cobre en la aleación del oro. Además de estas actividades, los muiscas destacaron en la confección de textiles.
Una de las particularidades de la cultura muisca es que cada tribu mantenía su propia autonomía, considerándose como una celda de la confederación. El poder absoluto sobre la tribu estaba a cargo del cacique, quien se consideraba el jefe supremo.
A continuación los dejamos con algunas curiosidades de esta cultura:
La información que se tiene sobre los sacrificios humanos en la cultura muisca viene de la tradición oral de los conquistadores españoles. Según sus relatos, una de las costumbres de los Muiscas incluía sacrificios humanos de prisioneros de guerra y de niños traídos de los Llanos. Estos rituales los realizaban en templos en los que se rendía culto al sol y a la luna, y se daban bajo dos condiciones:
Los Muiscas se valían de sus dedos para contar. Para los números del 1 al 10, usaban los dedos de las manos. Para contar de diez en adelante se servían de los dedos de los pies, anteponiendo la palabra “quijicha”, que significa pie, a los diez primeros números. Al número veinte le llamaban “gueta”, después sumaban de veinte en veinte, es decir, un veinte, dos veintes, tres veintes y así.
Además de esto, el palmo y el pie los usaron como sus medidas de longitud.
Un muisquismo es un vocablo que tiene su origen en el idioma muisca y que fue tomado para uso cotidiano por el español. Pese a la imposición del castellano, el muysccubun como lengua de sustrato se adaptó a la fonología del español y dejó su huella en el habla de gran parte de los habitantes del Altiplano Cundiboyacence.
Debido a esto, una gran cantidad de nombres de poblaciones del altiplano cundiboyacence son muisquismos. Algunos ejemplo son: Zipaquira o Chinquinquira, donde la terminación quira significa ciudad.
Otras de estas palabra y de común uso son: fique, curuba, uchuva, tote o chisa.
Uno de los mitos fundamentales de la cultura muisca es la leyenda del Dorado. Para ellos, las lagunas eran la morada de los dioses, según sus creencias la Diosa Bachué emergió de la laguna con un niño en sus brazos y de ahí surgió la raza humana.
Según la tradición, Guatavita era gobernaba por el cacique Sua. Este cacique era un gran aficionado de la chicha y las bacanales. Pero su mujer, con la que había tenido una hija, se enamoró de un guerrero. Ella y su amante fueron sorprendidos y Sua sometió al guerrero a las peores torturas. Como último acto, Sua le sacó el corazón y obligó a su esposa a comerlo. Ante el feroz ataque, la esposa del cacique escapó y se sumergió en la laguna con su hija en brazos.
Entonces Sua ordenó a los sacerdotes que recuperaran a su familia, pero estos le dijeron que la mujer ahora vivía bajo el agua. Allí era resguardada por una gran serpiente. Abatido y decepcionado el cacique ordenó que a partir de ese día, se arrojaran a la laguna los más valiosos objetos como ofrenda para recuperar a su familia.
Este es el origen de “El Dorado”, un tesoro buscado hasta el día de hoy por centenares de personas que visitan la Laguna de Guatavita.
Desafortunadamente, el pueblo muisca experimentó un fuerte proceso de aculturación, reflejado en la pérdida de aspectos formales de su cultura. En la actualidad, algunos descendientes muiscas luchan por recuperar sus tradiciones y concepciones del mundo. Este proceso busca que la comunidad vuelva a tener el esplendor del pasado pero este proceso es complejo y largo.
Los muiscas continúan organizados en torno al cabildo con un gobernador elegido colectivamente. El acceso a la tierra se legitima mediante el reconocimiento de lazos de consanguinidad. Ya sea respecto a los fundadores de los resguardos coloniales o republicanos.
Muchos de ellos se dedican a la siembra de maíz, la ganadería y a otras actividades complementarias como el trabajo en la construcción y en la educación.
Al sur de la ciudad de Bogotá se encuentra el cabildo de la localidad de Bosa que cuenta con 750 familias. Ellos luchan por proteger las tierras de sus ancestros que están a punto de ser borradas del mapa debido al crecimiento de la ciudad.
Ahora que conoces un poco más sobre la cultura milenaria de los muiscas, ¡anímate a visitar Colombia! Cuando te encuentres por el centro del país, podrás ver su rastros en artesanías, gastronomía y costumbres.
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Créditos de portada: hablemosdeculturas.com
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