El centro y sur de Colombia viven la fiesta de San Juan entre el 23 de junio y el primero de julio. En los departamentos de Cauca, Meta, Caquetá, Tolima y Huila se celebra por estas fechas la fiesta patronal de San Juan. Festejadas en toda Hispanoamérica, esta festividad mezclan el folclor, la religión y el espectáculo.
Herencia de las fiestas populares patronales, festividades campesinas de origen religioso, los festejos eran principalmente rurales. Los agricultores del centro del país honraban la fiesta de San Juan Bautista, a quien encomendaban sus cosechas de arroz. Desde 1881, gracias al alcalde de El Espinal, Timoteo Ricaurte, se oficializó su celebración en el pueblo. Pronto, las fiestas se hicieron célebres en toda la región al punto de ser un factor importante de unidad cultural.
A partir de los años sesenta y setenta, particularmente en los departamentos de Huila y Tolima, antes conocidos como el “Tolima grande”, la fiesta de San Juan se estructuraron como festivales con gran inversión pública. La administración de las ciudades incorporó las celebraciones de San Juan al ámbito urbano uniéndolas con las de San Pedro.
En todos los pueblos de la región la fiesta tiene un carácter muy especial. En El Espinal, las fiestas inician una semana antes, llevándose a cabo varias comparsas y desfiles, incluyendo el reinado infantil. Además, los niños de los colegios cercanos hacen muestras musicales y bailes típicos. En Natagaima, a hora y media de Ibagué, las fiestas se prolongan hasta bien entrada la primera semana de junio. En Honda, una ciudad a orillas del río Magdalena, la arquitectura colonial es testigo de carnavales y festejos.
En el departamento del Huila, la fiesta de San Juan remite inmediatamente al baile del sanjuanero. Esta danza, que mezcla varios de los ritmos típicos de la región, nació, de forma curiosa, en un ámbito académico. Como folclorista, la investigadora Inés Rojas Luna se dio a la tarea de compilar los bailes más representativos del Tolima. Tras varios años de trabajo, logró reconstruir la coreografía del sanjuanero para la obra El Contrabandista, del compositor huilense Cantalicio Rojas.
Sin embargo, la composición más conocida es la que lleva el mismo nombre de El Sanjuanero, original de Sofía Gaitán de Reyes. Esta canción es reconocible desde sus inicios, pues cualquier colombiano identifica inmediatamente los versos: “En mi tierra todo es gloria cuando se canta el joropo”. Al son del tiple, la tambora y la flauta se baila esta rajaleña, una variación musical del bambuco.
Ataviados con trajes típicos campesinos, hombres y mujeres bailan el sanjuanero como una evocación de los ritos amorosos de antaño. Con sombreros, raboe’ gallo (pañoleta roja), alpargatas y mochila, los hombres tolimenses cortejan a las muchachas, vestidas con faldas de colores y encajes, una blusa blanca muy adornada y arreglos florales en el cabello. Estas danzas se realizan en comparsas y festivales en el marco de las fiestas de San Juan y San Pedro.
Pero el sanjuanero no es la única danza típica que se baila en estas fechas. También, en el departamento del Tolima, las danzas de matachines atraen a grandes y chicos. De origen indígena, las danzas de matachines se remontan a la época prehispánica y se encuentran en toda América. En Colombia, los carnavales del diablo y las danzas humorísticas provienen todas de esta tradición. En un sincretismo particular, en el Tolima estos bailes se asociaron con la fiesta de San Juan. Como parte de los grupos folclóricos, son los encargados de inaugurar y encabezar las comparsas.
Desde 1969, varias agrupaciones de danza han venido retratando con sus pasos mitos y leyendas del Tolima. El Mohán, las candilejas, la Patasola, la Madremonte y el Hojarasquín son retratados con máscaras de colores o matachines. Los atuendos son grotescos pero divertidos, coloridos y muy originales, con cuernos, picos y jirones de tela por doquier. A diferencia de otros bailes típicos, las danzas de matachines son más irreverentes y experimentales, con una coreografía muy libre. Los disfraces y juegos son muy populares entre los niños, mientras que su colorida carga folclórica atrae a los turistas.
En Ibagué, la capital del departamento, la fiesta se vive por lo alto. Cabalgatas, orquestas, festivales musicales y gastronómicos se dan cita en la llamada “ciudad musical de Colombia” durante las fiestas. Aunque más urbana, Ibagué vive también las celebraciones rurales con maratones de bambuco, sanjuanero y matachines por las calles de la ciudad.
También es un espacio para los reinados, pues se celebran los certámenes municipal, departamental, del folclor nacional y el internacional. Pero Ibagué no premia solo la belleza, sino también el talento, pues estas mujeres muestran también sus habilidades para bailar el sanjuanero e interpretar diversos instrumentos musicales como el tiple y la tambora; este evento se lleva a cabo en la concha Acústica Garzón y Collazos, llamada así en honor a los músicos insignes, en medio de la fiesta y el jolgorio popular.
Y es que a Ibagué no la llaman la “ciudad musical de Colombia” de forma gratuita. Con varios de los mejores conservatorios y una intensiva formación musical en la secundaria, Ibagué es cuna de grandes artistas. Y esto se vive durante las fiestas de San Juan y San Pedro: las orquestas y festivales musicales son prueba de ello. La Banda Departamental del Tolima y muchas otras agrupaciones se encargarán de amenizar las fiestas con porro, guabina y joropo.
Este año, las fiestas patronales se verán acompañadas por la celebración del segundo título del equipo local, el Deportes Tolima. Al derrotar al favorito –el Atlético Nacional– en la liga nacional, el equipo tolimense se ganó el corazón del país. Así, para aquellos fanáticos del fútbol o aficionados del deporte, atestiguar las fiestas de victoria puede ser un buen plan.
También se destaca mucho en las fiestas de San Juan y de San Pedro la gastronomía típica de la región. A nivel nacional, el Tolima y el Huila son reconocidos por sus platos típicos, principalmente por el tamal y la lechona. Aunque en Bogotá y otras regiones la lechona llamada “tolimense” se llena de arroz, la verdadera, según los locales, se hace solo con arveja y carne de cerdo. El tamal, envuelto en hojas de plátano con masa de arroz, maíz y carne de cerdo o pollo destaca también. No obstante, la cultura culinaria de la zona va mucho más allá. En bebidas, la avena artesanal, la chicha y el masato hacen las delicias del público. Como sobremesa, los envueltos, almojábanas y sobre todo las achiras tienen alta demanda entre locales y turistas.
Te invitamos a que disfrutes las fiestas de San Juan y San Pedro que se celebrarán en todo el país. Si viajas al Tolima o al Huila, atrévete a conocer la cultura, el arte, la gastronomía y las fiestas. Sin lugar a dudas, las ferias y fiestas en Colombia son eventos que hay que vivir. Como dicen en el Huila… ¡Péguese la rodadita!
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