El barrio San Antonio es uno de los más antiguos de la ciudad de Cali. Por sus calles coloniales han pasado reconocidos artistas, cineastas, escritores e intelectuales de todo tipo.
Recorrerlo es viajar al pasado de una de las ciudades más antiguas de América, mirando el esplendor de su cultura. Conocido como el punto imperdible de la bohemia colombiana, San Antonio tiene mucho que ofrecer a turistas y locales. redBus le invita a perderse por sus calles empedradas, las iglesias de cal y piedra y el bosque de estatuas que es San Antonio.
Originalmente, el poblado de San Antonio, que pasó rápidamente a ser un barrio de Cali, se organizó en torno a la capilla del mismo nombre. Construida en 1746, se dedicó a San Antonio de Padua, el teólogo portugués. Es una capilla modesta pero muy bella, con muros de cal blancos y piedra visible flanqueada por palmeras y faroles. Durante las festividades, la capilla se engalana de luces, iluminando la plaza empedrada a la que dan sus escalones presbiterales. Aunque sus habitantes inicialmente fueron familias humildes que huían de la violencia, pasado el tiempo la gentrificación atrajo población pudiente.
En poco tiempo, el barrio pasó a convertirse en una joya colonial enclavada en la “sucursal del cielo”. Sus casas de amplios zaguanes, muros blancos y tejados de cerámica son referentes arquitectónicos inmediatos para la bohemia caleña. Esta herencia colonial se respira también en sus sitios icónicos. Las pilas de agua de Crespo (que ahora se encuentra en el Museo de la Merced) y de Jaime son estanques de épocas anteriores al acueducto de la ciudad. El Teatro al Aire Libre Los Cristales completa el diseño urbanístico orientado al arte y la bohemia. Allí, grupos musicales, folclóricos y compañías de teatro compiten continuamente por la atención del público.
La parte norte del barrio colinda con otro reconocido sector de la ciudad, el Peñón. En él se encuentra la que fuera la casa del famoso escritor Jorge Isaacs. El autor valluno, que hasta hace poco aparecía en el billete de más alta denominación, vivió y escribió aquí. Su obra más importante, considerado un clásico de la literatura colombiana, es María, una novela costumbrista ocurrida en el Valle. Y es que, si bien algunos la juzgan excesivamente romántica, para muchos es la mejor novela colombiana del siglo XIX. Aunque la casa de Isaac se encuentra en ruinas, es un buen plan cultural recorrer San Antonio y El Peñón.
Sin embargo, el mayor atractivo literario del barrio es, sin lugar a dudas, Andrés Caicedo. Este escritor, conocido como la otra cara de la literatura colombiana durante el boom, es un referente de San Antonio. Su novela más reconocida, Que viva la música, narra la vida decadente de una muchacha de clase alta caleña. Sexo, drogas y salsa son los ingredientes principales de esta novela. La imagen icónica de Caicedo, que escribió su novela en San Antonio, se debe a su prematura muerte. El día en que el primer ejemplar de la novela es publicado, Caicedo, de 26 años, se suicida ingiriendo barbitúricos.
Este halo místico de autor maldito es lo que ha convertido a San Antonio en lugar de culto. Para sus seguidores, la ciudad de María del Carmen, la protagonista de la novela, es indudablemente el inmutable San Antonio. El lugar donde la salsa se mezcla con el rock y donde comienza el descenso hacia los excesos. Para quienes quieran vivir un poco de ese pasado perdido, su sitio predilecto es el bar La Colina. Fundado en 1940, el sitio ofrece rumba con aquella salsa vieja que ahora vive en la obra de Caicedo.
Pero Caicedo no estaba solo en San Antonio. El barrio también es reconocido por el llamado “grupo de Cali”, del cual hacía parte Caicedo, pero también Luis Ospina y Carlos Mayolo. Los tres eran cinéfilos consumados y tenían la idea de criticar, proyectar y producir buen cine. Es por esto que crean un cineclub y se autodenominan “Caliwood”, inscribiendo sus nombres en la historia del cine nacional. Luego de la muerte de Caicedo, Mayolo y Ospina seguirían su trayectoria como directores.
Entre los dos sacaron una pieza satírica que llamaron pornomiseria llamada Agarrando pueblo (1977), que criticaba las películas de explotación. Más adelante, películas de Mayolo como Carne de tu carne (1983) y La mansión de Araucaima (1986), así como los filmes de Ospina Pura sangre (1982) y Soplo de vida (1999) ganarán gran reconocimiento en la filmografía colombiana.
Hoy, Caliwood es un museo en San Antonio, que exhibe recuerdos de la época dorada del cine caleño. Equipos de producción cinematográfica, cámaras, luces, afiches de películas, parafernalia y utilería son parte de las exhibiciones del museo. Como dato curioso, en Caliwood se encuentra una réplica de la cámara fotográfica más grande del mundo.
La gastronomía en un barrio bohemio tiene que ser, por definición, destacada. San Antonio, por supuesto, no es la excepción. En sus calles pueden encontrarse restaurantes de todo tipo, pero hay algunos que destacan. Azul, por ejemplo, ubicado cerca a El Peñón, es uno de aquellos sitios imprescindibles en la ciudad.
Junto al grupo de Cali y la época de oro del Caliwood, floreció no solo el cine, sino también la fotografía. El más reconocido retratista de San Antonio, Fernell Franco, expuso con ayuda del grupo de Cali su serie “Prostitutas” (1972). Hoy, buena parte de esa serie hace parte del Museo Reina Sofía de Madrid. Su viuda, Marta Izquierdo, se encuentra al frente de Azul, como chef principal. La comida es fusión y tiene tanto de caleña como de universal. Timbales de alcachofa con queso de cabra y anchoas, sabores de la India y de África se mezclan bien aquí. El ambiente es cálido, acaso por el espacio reducido, y su arquitectura respeta el estilo colonial.
Antigua Contemporánea, por su parte, es otro restaurante con un trasfondo artístico. Nació en 1994 como un negocio distinto: una mueblería artesanal. Hoy, su estilo ecléctico que mezcla lo oriental y lo occidental reciben al comensal con platos tradicionales. Budas y arquitectura griega observan a quien degusta los cortes de carnes finas. Sin embargo, aún se conserva buena parte de la esencia artesana, con una galería de diseño de interiores que los clientes pueden visitar.
La oferta, en ese sentido, es increíble. Cafés, restaurantes, pizzerías y trattorias se dan cita en San Antonio para recibir al visitante. En el mismo sector se ubican hoteles y hostales de todo tipo, por lo que el hospedaje no es un problema.
Todo lo anterior ha hecho que en San Antonio concurra la élite intelectual y artística de Cali. Si eres un artista en busca de inspiración o simplemente quieres conocer más de la vida y obra de grandes escritores, pintores, fotógrafos y cineastas, visitar el barrio colonial es un buen plan. ¡Cali y su cultura te esperan!
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