En el centro de Colombia se encuentra el municipio de Girardot, una de las ciudades más importantes del país. Tiene un clima cálido, entre 28 y 34 grados; la brisa del río refresca sus márgenes. Su ubicación es privilegiada, a 3 horas de Bogotá y a orillas del Magdalena, que desemboca en la costa Caribe. Si bien hace parte del departamento de Cundinamarca, colinda con buena parte del Tolima. Debido a esto, Girardot ha sido un puerto de gran importancia para todo el país, con un tránsito comercial impresionante. El café, la exportación más importante del país, llegaba del eje cafetero y viajaba por el río hasta Cartagena. Es por ello que muchos bienes y mercancías importados de Europa y Norteamérica llegaban primero a Girardot que a Bogotá.
Ubicación de la Plaza de Mercado de Girardot: Carrera 9 con Calle 11, Girardot, Cundinamarca.
Horario: lunes a domingo de 5:00 a.m. a 16:00 p.m.
Conocido anteriormente como el Paso de Flandes, Girardot nació con el río Magdalena. Con la navegabilidad fluvial facilitada por los buques de vapor, la ciudad creció exponencialmente en pocos años. Desde allí partió Simón Bolívar hacia Santa Marta para nunca volver. A su puerto llegó el Nobel Gabriel García Márquez cuando se dirigía hacia Zipaquirá para estudiar.
Con el crecimiento comercial y demográfico de la ciudad, pronto se hizo necesario comunicar rápidamente al puerto con la capital. Es por eso que a finales del siglo XIX y comienzos del XX se construye el Ferrocarril de la Sabana. Este tren habría de conectar a Girardot con buena parte del sur de Colombia. Este comercio enriqueció a la ciudad y la convirtió en una zona que jalonaba de forma importante la economía regional. Con la ingente llegada de turistas y mercancías de todo el país, la antigua plaza se quedó pequeña. Por ello, se hizo necesario contar con una plaza de mercado propia y moderna.
En 1933, el partido Nazi destituyó de su cargo a un joven arquitecto alemán llamado Leopoldo Rother debido a su linaje judío. Atemorizado por la situación, Rother decidió huir a Colombia, donde fue contratado por el gobierno en la Dirección de Edificios Nacionales. Desde allí el arquitecto emprende la construcción de varios edificios insignes. Entre ellos destacan la Ciudad Universitaria de Bogotá, el Edificio Nacional de Barranquilla y, por supuesto, la Plaza de Mercado de Girardot.
Su construcción comenzó en 1946 y concluyó en 1948. Para Rother, el objetivo era aprovechar la ubicación de la ciudad para crear un edificio moderno, práctico y fresco. Para ello, decidió que la plaza debía ubicarse a orillas del río y desechó de entrada construir una bodega cerrada. En su lugar, la plaza sería un espacio abierto, sin muros de cierre. De esta forma, la brisa del río entraría y acondicionaría el lugar para la venta de productos perecederos (como pescado, carne, frutas y verduras). En una época en que la electricidad y la refrigeración no eran comunes, aquello era maravilloso.
Gracias a ello, Girardot contó con una de las plazas más modernas del mundo. Su diseño racionalista resultó perfecto para su clima tropical. Quizá la característica más reconocible de la Plaza de Mercado de Girardot sean las columnas en “V” y las membranas de la cubierta. Es por ello que ha sido declarada Patrimonio Nacional, siendo uno de los edificios emblemáticos de la ciudad de Girardot.
Con la construcción de vías nacionales más modernas y el declive del tren, Girardot se volcó hacia el turismo. Actualmente, en la ciudad se celebra el reinado nacional del turismo. La Plaza de Mercado de Girardot, por su parte, es un sitio de paso obligado para aquellos amantes de la arquitectura y la historia. Hoy, Girardot renace y con ella el comercio y la gastronomía que hicieron grande a su Plaza de Mercado.
En la Plaza de Mercado de Girardot se pueden encontrar todas las frutas y verduras de la región. Naranja, piña, mango, banano, maracuyá, coco y sandía, son algunas de las frutas que se ofrecen en los puestos de la plaza. En el ala occidental de la Plaza de Mercado de Girardot se ubican varios puestos de jugos y ensaladas de frutas. Allí, vendedores y vendedoras atraen a los clientes enumerando los beneficios para la salud y para el alma que traen las deliciosas mezclas tropicales.
En la Plaza de Mercado de Girardot se pueden encontrar también artesanías de todo tipo. Girardot fue habitada por la tribu indígena Panche, cuyas expresiones culturales incluían el arte rupestre y la cerámica. La lengua panche aún pervive, pues el nombre del departamento colindante, el Tolima, es la palabra panche para “nevado”. En buena medida, las artesanías típicas de la zona reflejan aquella mixtura entre lo indígena y lo español. Cazuelas de barro, cestos, orfebrería, sombreros, vestidos y calzado típico son algunas de las artesanías que se pueden encontrar aquí. Asimismo, achiras, quesillo y calentanos, los pasabocas típicos, son recuerdos usuales de aquellos que han pasado por la ciudad.
Mención especial como sitio turístico en relación con la Plaza de Mercado de Girardot merece el río Magdalena. Este río, quizá el más importante de Colombia, es la savia vital que alimenta a la ciudad. Origen de muchos mitos y leyendas, quizá el más conocido sea el Mohán. A menudo descrito como un oso o un gigante muy peludo, habita en el río Magdalena, a cuyas orillas fuma tabaco. Se dice que la presencia del Mohán indica la cercanía de un tesoro, si bien la codicia en su presencia puede llevar a la muerte.
Sin embargo, y como ya se ha dicho, es gracias al comercio por el río Magdalena que Girardot es lo que es. La Plaza de Mercado de Girardot, ubicada en sus márgenes, recibe productos provenientes de todo el norte del país gracias al comercio fluvial. Para los habitantes de la ciudad, el río es fuente de riqueza y de alimento, pues en la plaza pueden encontrarse muchas variedades de pescado.
El pescado es parte fundamental de la dieta de los habitantes de Girardot. El bagre, el nicuro y el bocachico son pescados que pueden encontrarse frescos y a muy buen precio en la ciudad. Sin embargo, el plato estrella de Girardot es el viudo de capaz. En la Plaza de Mercado de Girardot es posible encontrar puestos de comida tradicional donde preparan el pescado con todos los sabores tradicionales.
Aunque a lo largo del siglo XX el viaje a Girardot desde Bogotá se facilitó con el ferrocarril, su decadencia trajo también un descenso en el turismo. Sin embargo, con la reciente inversión en infraestructura, hoy en día es muy fácil llegar a Girardot. Existe una doble calzada entre Bogotá e Ibagué, con una variante hacia Girardot que permite llegar rápidamente a la ciudad. Debido a ello, el turismo ha crecido considerablemente. En la actualidad, es un buen plan viajar un fin de semana festivo a disfrutar de su clima y su comida. ¡No te quedes sin visitar la Plaza de Mercado de Girardot!
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