Muy cerca de Villavicencio se encuentra San Juan de Arama, un hermoso pueblo conocido como la puerta de entrada a la Sierra de la Macarena. Hoy, redBus te cuenta por qué debes visitarlo.
La Sierra de la Macarena es un punto de encuentro de los ecosistemas andino, amazónico y orinocense. Esta mezcla hace que la vida que nace allí sea única y muy especial. En medio de este ambiente se encuentra San Juan de Arama. A tan solo 119 km de Villavicencio.
El Municipio está dividido en cuatro zonas o paisajes claramente diferenciados por sus características topográficas: las montañas, el piedemonte Andino Macarenico, la altillanura, y las terrazas altas y formas fluviales.
San Juan de Arama es un destino para disfrutar de los paisajes, hay ríos y senderos muy bellos. Además, es un lugar ideal para la práctica de deportes como el rafting y el ciclomontañismo. Por otro lado, en este sitio se vive la cultura llanera con mucho orgullo y, enamorarse de ella, es algo muy sencillo.
El clima, que oscila entre los 29 °C, es ideal para ir de senderismo y conocer la fauna del lugar. Por allí se ven osos hormigueros, jaguares, pumas, venados, 8 especies de monos, 500 especies de aves, 1.200 especies de insectos y 100 de reptiles. En cuanto a flora existen 48 especies de orquídeas, 2.000 de otras flores, diferentes follajes y plantas.
Las tierras de este municipio están bañadas por abundantes ríos que bajan de la parte alta de la zona montañosa del Parque Natural de la Macarena. El río Güejar cuenta con una longitud de 100 kilómetros y está ubicado entre la cordillera oriental y la Sierra de la Macarena. Además, están otros ríos como el Zanza y los caños Acacias, Cunumia, Urichare y Pepemoya.
San Juan de Arama fue fundada el 19 de enero de 1537 por Jorge Spira con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción. Luego fue trasladada, atacada y quemada por los indios. Como si fuera poco, su población casi es extinguida por una peste de fiebre. No en vano es uno de los municipios más antiguos de Colombia.
En 1538, Nicolás de Federman llega a Nuestra Señora de la Asunción y se asienta en busca del Dorado y el oro de los muiscas. Razón por la cual decidió construir una fragua para elaborar las herraduras de sus caballos y cambiar el nombre de la población por Nuestra Señora de la Fragua.
Por factores climáticos y geográficos deciden cambiar la población a orillas del caño Cunumia. Entonces pasa a llamarse San Juan de los Llanos. Después de un proceso de desaparición de los pueblos de la región, pasó a llamarse Concepción de Arama.
Finalmente, el 17 de noviembre de 1966, el Gobernador Ricardo Roa Latorre crea el municipio de San Juan de Arama.
En San Juan de Amara se encuentra el famoso “Indio Acostado”. Se trata de una zona montañosa que forma la figura de un indio acostado que puede ser contemplada desde la carretera. Según cuenta la historia, es él quien cuida y protege a los campesinos de los alrededores.
Entre trochas y senderos se encuentran espectaculares cascadas y aguas termales de uso medicinal. Es un lugar muy bello visitado por miles de turistas para disfrutar de un hermoso paisaje y, al mismo tiempo, de un poco de descanso.
Sin duda este es un lugar para perder el aliento. Desde el Centro poblado de Peñas Blancas, se encuentra a 10 kilómetros por trocha. El paisaje es de montaña y bosque denso del Parque Nacional Natural Sierra de la Macarena. El salto de Santo Domingo es una caída de cien metros de altura, la transparencia de sus aguas permite observar el fondo rocoso. Allí se puede practicar el turismo ecológico, existe facilidad para acampar y poder disfrutar de la armonía de la naturaleza.
Además, se puede realizar pesca deportiva y artesanal. Por otro lado, es posible hacer canotaje en invierno en el río Zanza. Este es uno de los planes preferidos por los turistas que visitan la región.
Todo lo que tenga que ver con agua es un plan fijo en San Juan de Amara. Esta es una travesía por el cañón del río Güejar a manera de rafting, en medio de un paisaje natural inigualable. Las maravillosas cascadas y majestuosas formaciones rocosas milenarias, en contraste con la fauna del lugar, hacen que esta actividad sea una verdadera experiencia llena de realismo mágico.
En su curso hacia el río Güejar se encuentra con la Serranía de La Macarena. Al atravesar uno de sus costados, se puede observar una magnífica garganta con paredes que superan fácilmente los 20 metros de altura, formada por el río. Por esas paredes corren aguas color verde agua, es una experiencia sin palabras.
Por trayectos el cañón se hace estrecho, casi poniendo en evidencia la tensión entre la roca y el río. Esto se evidencia en las sinuosas marcas que se pueden ver talladas en la piedra como huellas que recuerdan la paciencia y constancia que le costó al Güejar definir su lecho.
Llegar a San Juan de Amara es muy fácil. Desde Bogotá salen buses directos y el recorrido es de aproximadamente 5 horas. El pasaje cuesta $48.000 COP ( 16 USD) aproximadamente. Una de las empresas que cubre esta ruta es TaxMeta.
Luego de Villavicencio hay que tomar la llamada ‘Ruta Turística del Ariari’, que inicia en la capital del Meta y termina en San Juan de Arama. El trayecto es bastante animado, pues además de los hermosos paisajes del llano que comprenden extensas tierras de lado a lado, vegetación y avistamiento de aves, los habitantes de los pequeños corregimientos se las han ingeniado para convertir la carretera en un festín gastronómico.
A la hora de hospedarse, Airbnb tiene mucha opciones y todo depende del bolsillo. Otra opción es acampar y conectarse con el ambiente del lugar. La oferta hotelera está bastante bien y hospedarse no resulta un problema.
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Créditos de portada: qdestino.com
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