Los chibchas son uno de los grupos indígenas que conformaron las primeras civilizaciones colombianas. Se asentaron en el departamento de Cundinamarca, Boyacá y sur de Santander. Si vas a visitar una de estas regiones, debes saber lo que esta civilización que aún sobrevive tiene para mostrarte.
La llegada de los muiscas o chibchas al centro de Colombia se remonta al siglo VI d.C. Los vestigios hallados de sus artesanías, orfebrería y herramientas de producción, son exhibidos en el Museo del Oro, ubicado en el centro histórico de Bogotá. La Confederación Muisca era el sistema de organización de los chibchas, uno de los mejores sistemas de tribus en América. Estaba compuesto por dos estados con su respectivo jefe, que eran el Zipa en Bogotá y el Zaque en Boyacá. Cuando llegaron los españoles, los chibchas, que eran relativamente pacíficos, se encontraban en una guerra sucesorial. Ello facilitó en parte la conquista de este pueblo, si bien más que un sometimiento fue una mezcla demográfica. Esta mixtura de pueblos es lo que constituye, en general, la población andina de Colombia.
La economía del pueblo muisca era principalmente agrícola y extractiva. Cultivaban productos como el maíz y la papa, además de cazar animales silvestres y pescar. Los productos de su rica minería eran extraídos de lugares como las minas de Zipaquirá, Nemocón y Tausa, las cuales son hoy otro atractivo turístico. Actualmente, en una de las antiguas minas de sal se encuentra la Catedral de Sal de Zipaquirá. Zipaquirá, la “tierra del Zipa”, era uno de los sitios sagrados de los muiscas. El sincretismo y la mezcla cultural son parte del atractivo de la zona. Asimismo, los chibchas denominaron algunos lugares como sagrados por ser epicentro de equilibrio natural. Entre los que puedes visitar están la laguna de Tota en Boyacá y la laguna de Guatavita en Cundinamarca.
Los chibchas son los grupos indígenas que comparten la lengua chibcha, tales como los kogui de la Sierra Nevada o, los muiscas procedentes de Centroamérica, y asentados en la región cundiboyacense. En Bogotá y en toda Colombia se usan muchas palabras derivadas de la lengua Chibcha. Aunque esta es una lengua considerada muerta por muchos, han habido esfuerzos en épocas recientes por rescatarla. En la Universidad Nacional de Colombia, por ejemplo, se dicta el muisca como un idioma más para sus estudiantes. Gracias a ello, se han rescatado varias palabras y se ha podido entender mejor el idioma perdido. Aunque no hay hablantes nativos, los españoles consignaron su gramática, vocabulario y fonética en algunos textos. Con esto y varios estudios lingüísticos y etnográficos se ha logrado revivir en buena medida la lengua perdida.
Varias de las palabras usadas por los habitantes de la Sabana, de Bogotá y de toda Colombia tienen origen muisca. Entre los muisquismos más comunes se encuentran palabras como “tote”, que significa “objeto que revienta”, “uchar”, que significa “azuzar” y “güeba”, que significa “estúpido”, “ajiaco”, nombre de un plato típico, o “chisa”, que significa “larva”. La toponimia de buena parte de Colombia es también chibcha. La capital, Bogotá, toma su nombre del cacicazgo Bacatá. Pueblos como Tunja, Chía, Funza, Fontibón, Fusagasugá, Zipaquirá y Cajicá son todos de origen chibcha. De igual forma, apellidos como Piracoca, Neuta, Botiva, Sastoque, Ubaque y Piraquive son herencia muisca. Muy probablemente hayas visitado algún sitio, conocido alguna persona o pronunciado alguna palabra chibcha sin saberlo.
Entre las palabras muiscas en el habla cotidiana se encuentra el término “turmequé”. Esta palabra hace referencia a al juego autóctono de explotar mechas de pólvora con un disco de metal, también llamado “tejo”. Los chibchas solían jugarlo con discos de oro y era una disciplina sagrada. A lo largo de la historia este deporte se ha mantenido como un deporte para todas las clases sociales del país. El candidato presidencial y caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán solía decir que este era su deporte favorito. Hoy en día, el tejo es reconocido como el deporte nacional de Colombia y se juega cotidianamente.
Mientras los chibchas practicaban el turmequé, acostumbraban a tomar su bebida sagrada, la chicha. Esta se prepara, como muchos otros platos de la gastronomía chibcha, con maíz. Para los muiscas, el grano dorado era el ingrediente más importante. Las sopas más tradicionales de Colombia, el cuchuco y la mazamorra, son una mezcla de caldo de maíz, papa y carne. Los chibchas las solían comer con venado, conejo o curí, pero con la llegada de los españoles le adicionaron pollo, res y cerdo. El ajiaco, la preparación bogotana por excelencia, se preparaba también con maíz, al igual que los tamales y envueltos. Te invitamos a probar la gastronomía chibcha en los platos cuya herencia se mantiene.
Aunque los chibchas no dejaron textos escritos, su cultura se mantiene viva por tradición oral. Su mitología pervive y es conocida en la academia. Bacatá, un profeta, es recordado por haber drenado la Sabana de Bogotá. Xué y Chía, el sol y la luna, aún se recuerdan en panteones y museos. De igual manera, algunas de las tradiciones y rituales se conservan en la actualidad. El más conocido, y que da el nombre al aeropuerto de Bogotá, es la leyenda de El Dorado. Aunque la cultura popular ha convertido el ritual en un relato de ciudades enteras hechas de oro, la verdad es menos espectacular.
Según registros arqueológicos, el cacique realizaba anualmente El Dorado como una ofrenda a los dioses. Se celebraba en la laguna de Guatavita y congregaba a lo más distinguido del pueblo chibcha. En ella, el jefe de la nación se cubría totalmente de polvo de oro, se subía a una balsa llena de joyas y se adentraba en el agua; una vez en el centro de la laguna, el cacique se zambullía y se quitaba el polvo de oro, mientras sus sacerdotes lanzaban las joyas al agua. Este rito, fundamental en la cultura chibcha, es especialmente relevante para recordar este pueblo. En el siglo XX, se encontró una réplica en oro macizo de la balsa y el ritual. Exhibida en el Museo del Oro del Banco de la República, esta es la pieza más valiosa de la colección. ¡Visita el museo y descubre la maravillosa orfebrería y arte muisca!
Al día de hoy, todavía sobrevive una población reducida que conserva la cultura chibcha y busca rescatar su idioma. Se sabe que algunos de ellos habitan en zonas rurales de localidades de Bogotá como Suba y en municipios aledaños como Cota. Grupos indigenistas también reivindican su herencia muisca y recrean, por ejemplo, rituales como El Dorado (sin el oro, obviamente). En los museos y centros culturales de Bogotá, Soacha, Chía, Tunja y Sogamoso, por nombrar algunos, encontrarás más información. ¡Visítalos y conoce más de la cultura indígena más importante del país!
Si quieres conocer más sobre los Chibchas, la Sabana de Bogotá y Colombia, ¡visita nuestro blog de viajes!
Créditos de portada: onic.org.co
Ibagué, la Capital Musical de Colombia, es una ciudad perfecta para disfrutar las fiestas de…
Explorar Colombia nunca había sido tan accesible. Con la llegada de diciembre, una de las…
El cierre del año trae consigo una de las celebraciones más vibrantes y culturales de…
Ubicada en la hermosa cordillera Oriental y en la Cuenca del Río Bodoquero, la Reserva…
La Candelaria es uno de los destinos más emblemáticos de Bogotá, un barrio lleno de…
Las Fiestas de la Independencia en Cartagena, también conocidas como las Fiestas Novembrinas, son un…