Hoy, en redBus conoceremos la historia de uno de los símbolos colombianos más conocidos en el mundo, catalogado como una obra de arte, el famoso Sombrero vueltiao. Se trata de un verdadero icono que ha logrado mantenerse vigente con el pasar de los años. Así que haz un poco de espacio en tu ropero porque, después de esta nota, seguro querrás tener el tuyo. ¡Comencemos!
El Sombrero vueltiao, icono de nuestra cultura nacional, proviene de las sabanas de Córdoba y Sucre. En el municipio de San Andrés se produce el Sombrero vueltiao fino, específicamente en los corregimientos de Tuchin y Los Vidales, dado que en estos lugares habitan ancestros indígenas. Estos aún cosen el sombrero con fibra de maguey, volviéndolo un artículo artesanal de extrema calidad.
Esta pieza colombiana tuvo su origen en la cultura Zenú. Se elabora con una fibra natural proveniente de una palmera, llamada caña flecha, que se consigue en las orillas de los ríos de la costa atlántica colombiana. Este elemento natural, nativo de Colombia, se transforma en fibras blancas y negras que se trenzan mediante una técnica tradicional y única, implementada por la cultura Zenú hace miles de años.
El trabajo artesanal del trenzado de la caña flecha representa elementos de la cosmogonía de esta cultura. En esa línea, el sombrero vueltiao es como un libro o catálogo ya que, según sus diseños (llamados “Pintas”), estos pueden representar plantas y servir para identificar y narrar los diferentes tipos de actividades de esos días, como la caza, la pesca, la hacienda, incluso, también, involucran a la religión.
Cabe destacar que los diseños de pintas han sido creados por los antepasados Zenúes, pero, actualmente, en los talleres artesanales contemporáneos, también se plasman nuevos diseños de pintas con una visión y un concepto actualizado. Sabemos que hay pintas que tienen aproximadamente de 200 a 300 años. Las pintas actualizadas o modernas siguen una linea argumental de la historia, buscando siempre inspiración, por ejemplo, en mascotas, artesanías autóctonas, rubros o actividades más de nuestra época.
Previo a la época de la colonización, los ancestros indígenas usaban el sombrero para protegerse del incesante sol durante los trabajos de cultivo o actividades abiertas. Además, se cree que el uso de este sombrero formaba parte de rituales de jerarquía e, incluso, como componente importante para credos mágicos o propios de la religión Zenú. Estas creencias nacen a partir del estudio de la historia y las piezas arqueológicas del Museo del Oro de Bogotá y del Museo Nacional Prehistórico Etnográfico “Luigi Pigorini” de Roma.
El origen real del sombrero es un tanto incierto. Al inicio se confeccionaba, únicamente, de color blanco o crema. El color negro llegó tiempo después, cuando se aplicó la técnica de tintura de las fibras. Originalmente sabemos que se lo conocía como “sombrero de vueltas” o “sombrero indiano” (por su origen indígena). La introducción de la denominación “vueltiao” es más un modo local de decir la palabra volteado. Se cree que el nombre “vueltiao” hace alusión al número de vueltas de sus tejidos, mientras que otros predicen con seguridad que es por su capacidad de convertir su parte externa en interna y viceversa.
Vale comentar que esta artesanía era usada por grandes y chicos, mujeres y hombres y, prácticamente, todos los miembros de la familia contribuían con la elaboración del sombrero. La producción se iniciaba con los niños y niñas de, aproximadamente, seis años, y la costumbre seguía hasta ser ancianos. Actualmente, es tarea, principalmente, de la mujer. Ellas son quienes le dedican mayor tiempo a su creación, desde la elaboración de las trenzas hasta su trenzado y confección. Esto se debe a que el hombre es quien se dedica, exclusivamente, a la actividad agrícola y de cultivo, tanto de la caña flecha, como en general.
Aún así, existen mujeres y hombres que se dedican al trenzado fino, para darle experiencia y calidad al artículo, pero se siguen distribuyendo las tareas según la edad y la experiencia. Por ejemplo, en el proceso de la elaboración de un sombrero pueden participar los jóvenes, dedicándose a realizar las vueltas de la plantilla o las vueltas del ala. Por otro lado, hay tareas que requieren más técnica y experiencia que son hechas por los adultos, como las vueltas de la encopadura, que contienen las pintas. Por último, siempre se intenta dejar a los niños hacer el ribete.
El Sombrero vueltiao es pieza clave de la costumbre y cultura de las familias colombianas. Solo en San Andrés de Sotavento existen, actualmente, unas 15 000 familias que viven de la producción y comercialización de esta prenda (y también de otras artesanías elaboradas con la misma materia prima, la caña flecha), convirtiéndose en el principal rubro de la economía de estas comunidades o regiones. Es, por lo tanto, indispensable para muchas personas, realizar prácticas constantes en todo el proceso para lograr progresar en la cadena de la confección del sombrero.
A lo largo del siglo XX, el hermoso Sombrero vueltiao ya formaba parte del atuendo del costeño, especialmente del campesino. Además, fue tomando fuerza cultural como icono o prenda usada por los músicos de la región o elemento folclórico de la Costa. así, se convirtió en una pieza valorada entre los hombres de la cumbia. Asimismo, se popularizó tanto que, con el tiempo, la gente del común lo incorporó como un artículo fundamental en festividades como las Corralejas o el Carnaval de Barranquilla.
Durante muchos años, incluso grandes personalidades del mundo, posaron alguna vez en sus cabezas, este gran símbolo colombiano. Podemos repasar, por ejemplo, que en 1986 fue usado por el papa Juan Pablo II durante su estadía en Colombia. También estuvo presente junto a Los Niños del Vallenato, cuando visitaron al presidente Bill Clinton, en la Casa Blanca en el año 1999, incluso el mismo Bill Clinton lo usó en su visita a Cartagena de Indias en el 2000. Es, además, la prenda distintiva para las ceremonias deportivas de los últimos 5 Juegos Olímpicos.
El Sombrero vueltiao se a ha convertido en la prenda por excelencia para demostrar el orgullo nacional colombiano. Y no fue hasta el año 2004 que el Congreso de Colombia le otorgó al sombrero la categoría emblemática de Símbolo Cultural de la Nación y, según una encuesta a los lectores de una famosa revista, en el 2006 se convirtió en el mayor símbolo nacional, superando nada más y nada menos que al café, al Carnaval de Barranquilla y a las orquídeas, entre otros elementos o festividades participantes.
Muy bien, como ya sabes, esta prenda no es solo una más para los colombianos, sino que se trata de un símbolo patriótico. Es tanta su importancia que todos los años se celebra, en Sampués, la Feria y el Reinado Nacional del Sombrero vueltiao a finales del mes de diciembre y, a inicios de enero, se celebra el Festival del Sombrero vueltiao en el municipio de San Andrés de Sotavento. Así que si quieres formar parte del grupo de personalidades que ha usado este popular sombrero, no pierdas más el tiempo. Consigue el tuyo y viaja por Colombia en tus próximas vacaciones.
Gracias por acompañarnos, esperamos que te haya gustado esta nota. Si deseas seguir descubriendo más historias, culturas o destinos turísticos en Colombia, no te olvides de ingresar a nuestro blog de viajes.
Créditos de portada: articulo.mercadolibre.com.co/
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