El departamento de la Guajira es, sin duda, uno de los sitios más bellos de Colombia. La Guajira es una tierra de contrastes, donde el desierto se encuentra con la selva antes de llegar al mar. En años recientes, el departamento ha visto un incremento en el turismo, con gran crecimiento en el flujo de visitantes extranjeros. Además, este fenómeno ha sido un descubrimiento para los mismos colombianos, posicionándose como uno de los destinos favoritos para ellos. ¡Conoce con redbus.co la tierra de los Wayúu!
La primera parada en el viaje a la Guajira es su capital, Riohacha. Ubicada en el delta del río Ranchería, Riohacha es una ciudad con mucha historia. Originalmente estuvo habitada por los indígenas Wayuu, que la llamaban “Süchiimma” o “Tierra del Río”. Con la llegada de los españoles, también llegaron los piratas. De hecho, la toma de Riohacha por Sir Francis Drake es relatada por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad, y es uno de los acontecimientos desencadenantes de buena parte de la trama: “Cuando el pirata Francis Drake asaltó a Riohacha, en el siglo XVI, la bisabuela de Úrsula Iguarán se asustó tanto con el toque de rebato y el estampido de los cañones, que perdió el control de los nervios y se sentó en un fogón encendido”. La ciudad ha sido destruida y reconstruida varias veces, por lo que ha sido llamada La Fénix del Caribe.
Actualmente, es una ciudad moderna con muchos sitios interesantes para visitar. El Paseo de la Marina, por ejemplo, es un boulevard al aire libre que se puede recorrer tranquilamente. Desde él se puede observar el Caribe y apreciar las columnas con la historia y la cultura de la Guajira. También se puede visitar el Centro Histórico, el cual cuenta con hermosa arquitectura colonial.
Para los amantes de la música y la literatura, la tumba de Francisco el Hombre es el lugar perfecto. Este mítico juglar vallenato también es mencionado en Cien años de soledad: “Meses después volvió Francisco el Hombre, un anciano trotamundos de casi doscientos años que pasaba con frecuencia por Macondo divulgando las canciones compuestas para él mismo”. Una de las tradiciones más importantes del pueblo Wayuu es el ‘palabrero’. Para los indígenas, el ‘palabrero’ es el encargado de resolver conflictos y recordar la historia del pueblo. Su figura es reconocida internacionalmente, pues ha sido declarado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Al haber nutrido sus historias con la mitología guajira, García Márquez fue reconocido como palabrero por los taitas Wayuu.
No obstante, Riohacha no solo es importante como centro cultural, pues también es reconocida por su ecoturismo. En el corregimiento de Camarones, a quince minutos de Riohacha, se encuentra el Santuario de Fauna y Flora los Flamencos. Esta zona, llena de ciénagas y lagunas es hogar de cientos de aves, moluscos y peces, destacándose obviamente los flamencos. Estas majestuosas aves de intenso color rosa son dignas de ver y admirar. La biodiversidad aquí es enorme, con especies como las tortugas carey y verde, la guacharaca y el tierno cerdito pecarí. Se puede llegar por carretera, así que no hay excusa para perderse esta maravilla natural.
La gastronomía en La Guajira es rica y variada. Al estar cerca del mar y de varios ríos, el pescado y los crustáceos están a la orden del día. En los caseríos puedes encontrar platos frescos, preparados con la sazón de los pescadores. Para aquellos que quieran una opción distinta, recomendamos probar el tradicional chivo. Este plato es autóctono de la zona, con una preparación heredada por los pueblos Wayuu durante generaciones. El chivo se prepara guisado y es una de las delicias culinarias guajiras. Se cocina tradicionalmente en leña y se sirve con guiso de coco y suero costeño.
El siguiente punto en el recorrido es, sin lugar a dudas, el Cabo de la Vela. Según la mitología Wayuu, este mágico lugar es el punto de partida de los difuntos hacia lo desconocido. Ello puede explicarse por el silencio que en el desierto solo la brisa marina logra romper. Sus aguas son prístinas, con colores intensos que contrastan al atardecer: el turquesa del mar se funde con el amarillo de la arena para formar un paisaje deslumbrante. Para muchos, conocer el Cabo de la Vea no es solo turismo, es un viaje espiritual para conocerse a sí mismos. En la zona hay hostales, hoteles y casas de familia. También se pueden visitar algunos poblados indígenas, donde es posible adquirir artesanías y conocer su cultura. Si quieres una experiencia inolvidable en tu paso por la Guajira, ven al Cabo de la Vela. ¡Este lugar místico te sorprenderá!
En el Cabo de la Vela se encuentra el cerro conocido como el Pilón de Azúcar. Al igual que en el resto del cabo, en esta pequeña montaña se respira paz. Subir no toma más de veinte minutos y hay senderos en buen estado para ello. En su cima se puede apreciar el mar Caribe y el desierto de la Guajira en toda su extensión. Arriba también hay un santuario de la Virgen de Fátima y un mirador donde se puede descansar. Las faldas del Pilón de Azúcar son propicias también para el sandboarding. Cuando pases por el Cabo de la Vela no olvides pasar por el Pilón de Azúcar.
El último destino en el Cabo de la Vela son las Dunas de Taroa. Ubicado en Punta Gallinas, el sitio más al norte de Colombia, es la culminación perfecta del viaje al desierto. Se tarda dos horas en llegar allí en lancha desde el cabo. Aunque parezca increíble, las dunas son el mayor atractivo turístico. Ello se debe a que son impresionantes, con alturas de hasta varias decenas de metros, tan grandes como edificios. Allí también se puede practicar sandboarding, aunque muchos prefieren solo escalar las montañas de arena para llegar al mar. En el punto más septentrional se encuentra un faro colonial en ruinas junto a la estructura moderna. Esta luz guiaba a los españoles que venían en busca de perlas, pero ahora solo sirve como un recordatorio del lugar. El último rincón de Colombia, donde acaba el continente sudamericano, es un sitio encantador. ¡Conócelo, no te arrepentirás!
Algunas de las playas más atractivas de la Guajira se encuentran en Palomino. Los vientos intensos que no encuentran obstáculo en el desierto favorecen los deportes acuáticos. Kitesurfing, catamarán y surfeo son algunos de los planes perfectos en Palomino. En la zona hay varios operadores turísticos que ofrecen algunos planes interesantes. Uno de ellos es el Tubing, que consiste en deslizarse en un neumático por el río Palomino. Asimismo, visitar el río San Salvador, desde donde se aprecia el Pico Colón de la Sierra Nevada, vale la pena.
La Guajira es un territorio enorme y multifacético, con mucho por ver y vivir. Si te interesa la aventura, la belleza natural y la conexión mística con el entorno, este es tu destino ideal. ¡Vive la Guajira!
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Créditos de portada: siemprecolombia.com
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