El encanto que esconde este mágico lugar solo es igualado por su nivel de diversión. Se trata de un lejano destino que vale la pena ser visitado. Aquí se encuentran las aguas más cristalinas y relajantes que se pueden encontrar en el Pacífico colombiano y en el resto del país. Descubre con redBus algunos aspectos importantes que debes tener en cuenta cuando visites San Cipriano.
Llegar hasta San Cipriano no es fácil, aunque tampoco es imposible. De hecho, la travesía es parte fundamental del encanto que envuelve a esta reserva del Pacífico. Lo recomendable siempre será llegar a Córdoba en el Valle del Cauca, ya sea en carro o en transporte público. Esta población se encuentra en la carretera que comunica a Cali, capital del departamento, con Buenaventura, el puerto más importante de Colombia.
Córdoba no es el destino final. Llegar hasta este punto estratégico entre la vía Cali-Buenaventura es vital, pero ahí no acaba la travesía. De hecho ahí inicia, pues el recorrido entre Córdoba y San Cipriano se hace en un curioso medio de transporte. Las brujitas, como se denominan, son una especie de planchón con bancas que funciona a manera de vagón. Pero eso no es todo. Lo realmente sorprendente es que el motor es una motocicleta que está amarrada a uno de los lados del vehículo.
Por más intimidante que parezca, hay una gran cantidad de brujitas circulando diariamente las vías del ferrocarril. Los turistas se montan expectantes, sacándose fotos y disfrutando la vegetación que los rodea durante los 12 minutos de recorrido. Es importante mencionar que esta carrilera, aunque poco frecuentada, aún está activa. Pero no hay que preocuparse, pues los horarios del tren y los de la brujitas no interfieren entre sí. Esto permite que se pueda viajar sin problema a San Cipriano en esta opción.
La pureza de estas aguas no tiene comparación, permitiendo una relajación y des-conexión total del mundo exterior. La paz que se respira en este lugar es el sueño de todo viajero. Playas, pozos profundos, ríos rápidos, gigantescas cascadas y una selva húmeda, son solo algunos argumentos para no querer irse. A estos paisajes se le suman una gran diversidad de colibríes, gavilanes, micos, cigarras, tortugas, caracoles y osos perezosos.
Los deportes extremos también hacen parte de la aventura que es San Cipriano. El más destacado y que debe hacerse cuando se visite este paraíso es el tubbing. Esta agradable y amena actividad consiste en alquilar un gran neumático y postrarse en él, mientras la corriente lo arrastra. Aunque es un paseo tranquilo y muy relajante, no carece de encanto, pues los paisajes son sorprendentes. Se destacan varias cascadas, pero, sin duda, quien se roba todas las miradas es el sendero del amor. También, hay algunos lagos con profundidades ideales para bucear y descubrir las maravillas que se esconden entre esta hermosura.
Este singular destino vallecaucano puede ser muy tranquilo o muy concurrido, todo dependiendo de la temporada. Esto condiciona totalmente la disposición de hoteles, restaurantes y transporte, así que es bueno planear con tiempo. Por lo general, los hospedajes están en agradables cabañas o en amplios espacios perfectos para acampar. De acuerdo a la época, se pueden encontrar más opciones para dormir o reservar para quedarse más días.
La oferta gastronómica de San Cipriano es muy diversa, exquisita y casera, con suculentos ingredientes naturales. El plato típico es el encocado de muchillá, una rica combinación de camarón de río con crema de yuca, plátano y papa. También se preparan apetitosos sancochos de gallina, pescados, mariscos y pollo. Además, hay variedad de pescados fritos, todo un clásico del Pacífico.
En San Cipriano no hay horarios. La variedad de discotecas hace que la rumba sea un espectáculo con los diferentes ritmos del Pacífico. Sin embargo, lo que más llama la atención son sus bebidas, muchas de ellas licores afrodisíacos con nombres muy llamativos. El viche, el tumbacatre, el abre cucas y el tomaseca, son solo algunos de ellos. Pero sin duda el más representativo y más pedido por los turistas es el arrechón, también conocido como el ‘viagra del Pacífico’. Estos tragos son propios de la región y animarse a probarlos hace parte de la experiencia de conocer San Cipriano.
Al ser una reserva natural, hay varias normas que se deben seguir para preservar el ecosistema de San Cipriano. Existe una fuerte política de no arrojar basura que pueda contaminar la zona o afectar a los animales. No se permiten hacer fogatas, pescas deportivas e ingresar alcohol. Todo lo anterior se puede disfrutar comprándolo allá, para evitar complicaciones que vengan del exterior. Los precios en general no son muy altos, pero es necesario llevar efectivo suficiente pues no hay cajeros ni bancos.
Es necesario llevar vestido de baño, protector solar y careta para bucear. Constantemente hay lluvias tenues que son ideales para refrescarse de las fuertes temperaturas. Contrario a lo que muchos piensan, en San Cipriano no hay que llevar repelente, pues la cantidad de moscos es casi nula.
San Cipriano es un paraíso escondido que hay que arriesgarse a conocer. Llegar no es tan sencillo, lo que lo hace el lugar ideal para quienes quieran desconectarse totalmente del mundo exterior. La travesía es tan emocionante como la misma estadía. Buena comida, tragos afrodisíacos y gente amable harán que no quieras salir nunca de esta hermosa reserva natural.
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Créditos de portada: whattodoincali.com
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