El Casanare es uno de los nuevos destinos que Colombia tiene para sus visitantes. En lo que se conoce como el piedemonte llanero, está Aguazul. Un municipio con una fuerte producción arrocera y un campo petrolero. En esta tierra de contrastes, se encuentran los Farallones de San Miguel, un ecosistema de gran importancia para el departamento y redBus te cuenta por qué.
El municipio de Aguazul se ubica al noroccidente de la región de la Orinoquía y abarca una franja de la cordillera oriental de los Andes. Geológicamente, estos farallones hacen parte del Piedemonte de la cordillera Oriental. Estas imponentes montañas están formadas por rodamientos de suelo que dieron origen a colinas denudadas, que formaron las lomas de San Miguel de Farallones.
En los Farallones de San Miguel, la vegetación corresponde a bosques premontanos húmedos y los bosques tropicales. Estos dos tienen un valor ambiental vital para la conservación del equilibrio natural del ecosistema. Además, aquí se encuentran nacimientos y se abastecen numerosos cuerpos de agua que alimentan la sabana.
Además, estas montañas son resguardos naturales que sirven de hábitat a numerosas especies de flora y fauna en transición entre la cordillera y la llanura. En total, los Farallones de San Miguel cuenta con una extensión de 3.400 hectáreas.
Ante todo, Los Farallones de San Miguel es un área protegida, orientada a la contemplación. También se ha destinado a la recuperación de la flora y la fauna silvestre, y como área productora de agua y de captura de gases efecto invernadero.
La serranía de los Farallones es un ecosistema estratégico natural de gran importancia para Casanare. Esto se debe a su determinante papel como zona de producción y de recarga hídrica de los ríos Cusiana, Unete Chiquito y Seco. Allí tienen origen gran cantidad de afluentes como las quebradas Aguablanca, la Cacaguala, Caño Rico, Parásitos y Manoquía. Además, las cañadas Los Algarrobos y el Recodo.
Otra de las razones de la importancia de los Farallones de San Miguel es que es hogar de una gran fauna endémica con aviso de amenaza de extinción. Algunas de estas especies son el venado cola blanca, el chigüiro, la lapa, el armadillo o cachicamo. Además de la tortuga charapa, el caimán llanero, el ratón de agua, así como de diferentes especies de murciélagos.
Entre los reptiles sobresalen las poblaciones de cocodrilos, babillas, babas, tortugas, iguanas y lagartijas. También se pueden ver lagartos, boas y un gran número de serpientes venenosas.
Aguazul ha encontrado en el ecoturismo una forma de economía sostenible que le abre las puertas al mundo.
Desde 1992 a Aguazul se le ha conocido como un municipio petrolero. Aquí está el campo de explotación de Cupiagua. Debido a esto, el municipio recibe la mayor cantidad de dinero por regalías petroleras en todo el país.
Además de esto, la actividad agropecuaria juega un papel muy importante en el departamento. La ganadería se posiciona como la principal actividad económica. Por otro lado, el cultivo del arroz lo distingue a nivel regional. Sin embargo, por la variedad de sus suelos, en Aguazul también se cultiva plátano, yuca, palma de aceite, café, cacao y maíz.
Sus principales atractivos naturales se encuentran fuera de la zona urbana por lo que la accesibilidad es difícil. Además, para llegar a ellos hay que pasar por predios de propiedad privada, como es el caso de la laguna de Tinije y los Cerros de los Farallones.
Este lugar, enclavado en el piedemonte llanero, a media hora por carretera de Yopal, parece de otro país. Sus vías son amplias y llegan bien pavimentadas incluso a varias veredas. Gran parte de la ciudad está muy bien organizada, incluso hay ciclorutas y, además, cuenta con buena infraestructura.
A continuación, conoce los principales atractivos para visitar en Aguazul.
Uno de los sitios que mejor resume el desarrollo de Aguazul es el Parque del Arroz. Este complejo deportivo posee dos piscinas, una de ellas semi olímpica. En esta última, se imparten clases de natación durante la tarde.
Además de las piscinas, hay una pista de motocross y un patinódromo con pistas para adultos e infantes. Este complejo también cuenta con canchas de tenis sobre cemento y con una cancha de fútbol sintético.
Uno de los sitios producto de la bonanza petrolera es la Villa Olímpica. Este es un centro deportivo abierto al público y gratuito. Acá hay tres canchas que pueden ser utilizadas para vóley, baloncesto o microfútbol. Además, hay un espacio con arena destinado a vóley playa. Adicionalmente, hay un gimnasio cerrado con aparatos y bicicletas para spinning. Por otro lado, en este lugar hay un tatami para desarrollar clases de taekwondo.
La Villa Olímpica impresiona por su tamaño, considerando la cantidad de habitantes de Aguazul. Sin duda, es una gran ventaja poder contar con un centro deportivo con tantas facilidades.
Seguimos con uno de los orgullos de la Orinoquia. La laguna del Tinije es considerada como un ecosistema que contiene una diversidad biológica muy representativa de la región. La laguna es un reservorio de agua que, por sus características ecológicas, posee una gran oferta ambiental y diversidad de fauna. Entre esta se encuentran anfibios, armadillos, dantas, pato carretero, venado cola blanca, chigüiro, tortuga, charapa y el caimán llanero.
Además de la riqueza de fauna y flora, la laguna ofrece un escenario variado de fotografía. En la mañana y en la tarde los colores son cálidos (rojos, naranjas y amarillos), y entre la mañana y la tarde los colores de la laguna se hacen fríos (azules, verdes y violetas), fortalecidos por las sombras y reflejos del espejo de agua y los verdes de la vegetación.
Aguazul se encuentra a una distancia aproximada de 317 kilómetros de Bogotá y 27 kilómetros de la capital del departamento, Yopal. El trayecto es agradable gracias al paisaje natural y cultural que caracteriza al Piedemonte Llanero.
Desde Bogotá salen rutas directas. La empresa Concorde realiza este recorrido y el costo del pasaje es de $75.000 COP (24.56 USD). El viaje dura alrededor de 11 horas, dependiendo del estado de las vías.
Una vez estando en Aguazul, lo ideal es contratar un carro para ir hasta Los Farallones de San Miguel. Para esto hay que tomar la vía que conduce a la vereda San Miguel, a 25 km del casco urbano.
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Créditos de portada: Wikiloc
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